lunes, 28 de marzo de 2016

TECNOLOGÍAS SILVOPASTORILES PARA LA GANADERÍA BOVINA SUSTENTABLE EN EL TRÓPICO

Introducción

La ganadería bovina convencional emplea tecnologías poco sostenibles que demandan alta dependencia de insumos externos. Las prácticas inadecuadas en las unidades de producción (UP) han generado altos índices de deforestación, destrucción de paisajes, desertificación, degradación de los recursos naturales, pérdida de biodiversidad y residuos tóxicos de agroquímicos en el ambiente (Steinfeld et al., 2006; Ibrahim et al., 2010). A pesar de esto, la ganadería bovina tiene una importancia socioeconómica global relevante. Se estiman 1.3 billones de personas en el mundo involucradas en la actividad, además apoya directamente la subsistencia de 600 millones de pequeños productores en los países en desarrollo (Herrero et al., 2009). Para el año 2008, existían 392´844,000 cabezas de bovinos en América Latina y el Caribe, que generaron 17’336,000 t de carne y 75’044,000 t de leche (representando el 25, 28 y 11% del total mundial respectivamente) (FAOSTAT, 2010). Por lo que es necesario mejorar estos sistemas de producción promoviendo buenas prácticas ganaderas (BPG) que permitan sostener la producción de leche y carne y a la par generar beneficios sociales y ambientales.

En este documento se concibe a la ganadería bovina sustentable (GBS) como “el conjunto de prácticas y tecnologías apropiadas de manejo en el ganado bovino, que contribuyen a la productividad permanente del rancho, a partir del uso racional de los recursos naturales que sustentan la actividad. Esta forma de producción contribuye a reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y además propicia agroecosistemas ganaderos resilientes a los efectos del cambio climático global. En este sentido, el propósito de este escrito es exponer tecnologías mínimas necesarias que deben incorporarse en la UP para transitar hacia una GBS y que cubren gran parte de los requerimientos de la Norma Sostenible para Sistemas de Producción Ganadera (NSSPG) que regula la Red de Agricultura Sostenible.

Norma Sostenible para Sistemas de Producción Ganadera

Esta norma rige la certificación de la ganadería bovina en ambientes tropicales, y su aplicación cubre prácticas sustentables de la ganadería en África, Asia, Oceanía y Latinoamérica dentro de regiones climáticas donde es posible la ganadería semi-estabulada y a campo abierto. Los principios fundamentales de esta norma son: 1) Sistema de manejo integrado de ganado bovino, 2) Manejo sustentable de pasturas, 3) Bienestar animal, 4) Reducción de la huella de carbono y 5) Requisitos ambientales adicionales para fincas ganaderas (SAN, 2010).

Las prácticas que se realicen bajo estos principios contribuirán a la productividad y generación de beneficios sociales y servicios ambientales dentro y fuera de la finca (Ibrahim et al., 2010; Villanueva et al., 2010). Esto permitiría que cada UP se enlace a otras para lograr la sustentabilidad regional. Para ello se proponen algunas tecnologías silvopastoriles (cercas vivas, árboles en potreros y bancos forrajeros) y otras de apoyo a la GBS (pastoreo rotacional y uso de biodigestor); que en conjunto integran un sistema de producción sustentable, propiciando un funcionamiento circular en donde el propio sistema se autorregula, como lo sugieren los enfoques sistémicos o integrales (Senra et al., 2005). Con esto se obtienen los siguientes resultados:

1.      Se previene la degradación de las pasturas considerando cantidad y calidad.
2.      Se reducen emisiones de metano (CH4) al mejorar la digestibilidad del forraje.
3.      Se provee suplemento proteico local al ganado para mayor producción.
4.      Se utiliza energía renovable como el biogás, biofertilizante y solar en el rancho.
5.      Se protegen ecosistemas acuáticos y terrestres del daño que pueda causar el ganado.

Tecnologías silvopastoriles para la ganadería bovina sustentable

Cercas vivas (CV)
Las CV ofrecen beneficios a nivel de finca y generan servicios ambientales (cuadro 1). Una cerca viva se establece mediante la plantación de grandes estacas, que fácilmente producen raíces y en la que varios hilos de alambre están conectados con el propósito de mantener el ganado dentro o fuera (Harvey et al., 2005). Las CV se han establecido tradicionalmente por el productor, aunque no de manera sistemática.

Las especies comúnmente establecidas en CV en el trópico de México son: Gliricidia sepium, Bursera simaruba, Sena atomaria, Spondia mombi, Guazuma ulmifolia, Pithecellobium dulce, Crecentia alata, Zizypus mexicana, Haematoxylon brasileto, Erythrina americana, entre otras (Palma, 2005). Para Costa Rica y Nicaragua se reportan Bursera simaruba, Pachira quinata, Erythrina costaricensis, Gliricidia sepium, Spondias purpurea, Ficus werckleana, Guazuma ulmifolia, Tabebuia rosea y Cordia alliodora  (Harvey et al., 2005).

Cuadro 1. Beneficios que brindan las cercas vivas en un sistema de ganadería sustentable.
Para la finca
Ambientales
·    Tienen mayor vida útil
·    Dividen los potreros
·    Marcan los linderos de la finca
·    Brindan sombra al ganado
·    Producen madera, postes y leña
·    Producen frutos para el consumo humano
·    Fuentes de forraje y frutos para el ganado
·    Incrementan el valor de la finca
·       Sirven como cortafuegos
·       Reducen presión sobre los bosques porque aportan leña y madera
·       Mantienen y mejoran los suelos
·       Fijan carbono
·       Conservan la biodiversidad
·       Incrementan la conectividad del paisaje
·       Mejoran la belleza del paisaje

Fuente: Villanueva et al. (2008).

La elección de las especies dependerá de la función (sombra, forraje, fruto o madera) que se quiera tener en las CV, y éstas deben ser locales. Se ha estimado que conforme se transita a una función maderable (Figura 1a), la rentabilidad es mayor, así también conforme se establecen las CV en sitios con más calidad de suelo (Relación B/C = 2.33 a 6.69 de mala a buena calidad) (Villanueva et al., 2010). Estos mismos autores demuestran el potencial económico de las CV para una zona de Costa Rica, presentando reducción hasta del 73% de los costos de establecimiento y hasta un 40% para el costo de mantenimiento. Otro beneficio importante de las CV es la conservación de la biodiversidad y la conectividad del paisaje (Villanueva et al., 2008). Se ha demostrado que cuando se mejoraron las CV de simple a multiestrato, se incrementó el número de aves de 45 a 81 especies (Tobar & Ibrahim, 2008).

Árboles dispersos en potreros (ADP)
Este sistema se origina cuando se deja sin talar algunos árboles maderables, frutales o de sombra dentro de una pastura, favoreciendo la regeneración natural de estas especies leñosas. Desde el punto de vista económico el efecto de la sombra incrementa la producción de leche y carne entre el 10 a 22% en comparación a potreros sin árboles. Estudios demuestran que la producción de leche varío de 12.75 con árboles a 11.06 kg vaca-1 día-1 sin árboles, así mismo la tasa respiratoria varió de 65 a 81 respiraciones por minuto (Villanueva et al., 2010). La protección y mejoramiento del suelo (Sánchez et al., 2008), el secuestro de carbono (Ibrahim et al., 2007) y la reducción del escurrimiento superficial (Ríos et al., 2006), son otros beneficios que brindan los ADP.

Las especies de ADP (Figura 1b) comúnmente encontradas en el trópico de México son: Brosimum alicastrum, Crecentia alata, Guazuma ulmifolia, Enterolobium cyclocarpum, Zizypus mexicana, Pithecellobium dulce, Prosopis juliflora, Ficus padifolia, Haematoxylon brasileto, Cochlospermun vitifolium, Eysenhardtia polistachia, Acacia farnesiana y Acacia acatlensis, entre otras (Palma, 2005). Para Costa Rica y Nicaragua se reportan: Tabebuia rosea, Guazuma ulmifolia, Cordia alliodora, Acrocomia aculeata, Byrsonima crassifolia, Tabebuia ochracea, Pachira quinata, Andira inermis, Piscidia carthagenensis, Acosmium panamensis, Psidium guajava, Pentaclethra macroloba, Citrus sinencis, Citrus limón, Cocos nucífera, Billia columbiana, Bactris gasipaes, Zanthoxylum kellermanii, Gliricidia sepium, Cordia dentata, Myrospermun frutescens, Acrocomia vinífera, Enterolobium cyclocarpum, Swietenia humilis, Samanea saman, Platymiscium parviflorum, Lonchocarpus minimiflorus y Cordia bicolor. De esta última serie, los usos principales de las especies son: madera (47.%), leña (26%), forraje para ganado (39.4%) y frutos para el ganado (33.4%) (Harvey et al., 2011).

Bancos forrajeros (BF)
Se trata de un sistema de cultivo en el que las leñosas perennes crecen en bloque compacto y con alta densidad para maximizar la producción de fitomasa de alta calidad nutritiva. Constituye una alternativa para intensificar la ganadería en menos área de la finca, incluso para liberar áreas marginales con mayor vocación para la conservación de los recursos naturales (Villanueva et al., 2010). Los BF (Figura 1c) se originan por la necesidad de alimentar al ganado durante todo el año, en especial en la época seca, donde se presenta un mayor estrés alimentario por la escasez de pastos nutritivos. Estos se clasifican en (Ibrahim, 2012):

1)      Banco de proteína. Si la especie sembrada tiene más de 15% de proteína cruda.
2)      Banco energético. Si la forrajera presenta más del 70% de energía digestible.
3)      Banco mixto. Si la forrajera cumple los dos requisitos anteriores.

Se han reportado experiencias en América tropical que destacan la buena aceptación de forrajes provenientes de follajes forestales como los de Gliricida sepium, Guazuma ulmifolia, Morus alba, Tithonia diversifolia y Leucaena leucocephala entre las especies más importantes (cuadro 2). De acuerdo a las características agronómicas de estas especies, el manejo que se le puede dar a un BF es de corte y acarreo, ramoneo y ramoneo+pastoreo (Villanueva et al., 2010; Giraldo et al., 2011).

Cuadro 2. Especies leñosas empleadas en BF del trópico de América Latina.
Especie
Rango altitudinal
(msnm)
Rango de precipitación
(mm año-1)
Tipo*
Adaptación a suelos
Gliricida sepium

Morus alba L.

Leucaena leucocephala
Tithonia diversifolia
0 a 1600

0 a 2500

0 a 1600

0 a 2400
600 a 3000

1000 a 3000

500 a 3000

800 a >5000
BP

BE

BP

BE
Suelos livianos y profundos, tolera acidez moderada.
Suelos fértiles y bien drenados, demanda fertilización continua.
No soporta suelos ácidos ni mal drenados. Tolera la sequía.
De neutros a ácidos; de fértiles a muy pobres.

* BP= Banco proteico, BE= Banco energético. Fuente: Adaptado de Giraldo et al. (2011).

Entre los beneficios generales que brindan los BF son: 1) favorecen el incremento en la producción de leche entre 10 a 20%, 2) generan empleo rural cuando los BF son manejados bajo corte y acarreo y 3) Aunque para la conservación de biodiversidad y fijación de carbono se reportan resultados de bajo impacto, estos servicios se pueden mejorar diversificando los BF con otras especies maderables o frutales (Villanueva et al., 2010).

En el mejoramiento de la calidad del suelo, Sánchez et al. (2008) reportaron que la descomposición de la MS tanto del pasto como de la leguminosa asociados en un BF resulta mayor en comparación a un pastizal de monocultivo. Los análisis financieros han arrojado un incremento de la rentabilidad al implementar BF, en el caso de C. argentea + caña de azúcar, se reportó que la inversión en dicha tecnología es rentable con un VAN y una TIR de US$ 362 ha-1 y 17%. Esto refleja la importancia de implementar BF de corte y acarreo para alimentar a vacas de doble propósito en la época seca (Villanueva et al., 2010).

Figura 1. Tecnologías silvopastoriles para la ganadería sustentable en el trópico: a) CV de Tectonia grandis, b) ADP, c) BF de Gliricidia sepium.

Tecnologías de apoyo a la ganadería sustentable

Se recomienda incorporar tecnologías complementarias a la UP bovina como el pastoreo rotacional (PR) y el uso de un biodigestor (BD). El PR consiste en alternar períodos de pastoreo y descanso de la pastura en un orden preestablecido, éste puede ser la herramienta fundamental para lograr mayor productividad y el uso racional de los recursos naturales (suelo, agua y vegetación) en la finca. La eficiencia del PR y su compatibilidad con las CV, ADP y BF está documentada por Senra et al. (2005), quienes concluyeron que la ganadería bovina en PR con suplemento, es más sostenible que en pastoreo continuo sin suplemento.

Aunque el PR es muy eficiente en la distribución uniforme de heces y orina del ganado en pastoreo (White et al., 2001), cuando existe alta cantidad de excretas en las áreas de ordeño, es necesario el uso de un BD en la finca, que permita inactivar la contaminación bacteriológica y transformarlas en biofertilizantes. El BD es un contenedor que recibe los desechos diarios de una finca, en el que se fermenta el estiércol mezclado con agua, produciendo biogás rico en metano y un potente fertilizante natural. Beneficios concretos del BD los reportan Estrada-Álvarez et al. (2008), quienes encontraron un aumento en el contenido de minerales, la eliminación total del olor fétido de la excreta y la inactivación de la actividad microbiana.

Transición del rancho hacia la sustentabilidad

En la Figura 2 se representa la transición de una ganadería bovina en pastoreo convencional hacia una GBS, al incorporar tecnologías silvopastoriles y de manejo del pastoreo y excretas. Los resultados de este proceso los documentan García et al. (2008), quienes evaluaron la introducción de tecnologías sostenibles en una finca mediante la diversificación pecuaria, agrícola y forestal; observando cambios cuantitativos y cualitativos positivos en los indicadores productivos y reproductivos en cuatro años.

Figura 2. Transición de una finca con manejo convencional hacia una finca sustentable a la que se le ha incorporado tecnologías como CV, ADP, BF, biodigestor y el pastoreo rotacional. Foto principal: Adaptado de Villanueva et al. (2008).

Conclusión

En el contexto de la ganadería bovina actual hay dos caminos: 1) seguir con la deforestación de áreas para el establecimiento de pasturas por el hecho de que muchas tierras ya están deterioradas por el uso convencional, erosionadas y compactadas; propiciando contaminación del aire, agua y suelo, conduciéndonos a grandes impactos negativos productivos, ambientales y sociales. O 2) establecer una GBS aplicando un conjunto de prácticas y tecnologías apropiadas de manejo que contribuyen a la productividad permanente del rancho, a partir del uso racional de los recursos naturales contribuyendo a reducir la emisión de GEI, y propiciando agroecosistemas ganaderos resilientes a los efectos del cambio climático global. Para la primera alternativa, se recomienda una inercia irresponsable, y para la segunda, iniciar con un proceso de transición de una finca con manejo convencional hacia una finca sustentable a la que se le incorporen de forma sinérgica tecnologías como CV, ADP, BF, biodigestor y pastoreo rotacional.


Literatura citada


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